La Corporación local rechazó esta mañana, sin fisuras, la violencia contra la mujer.

El Pleno municipal aprobó, durante la sesión común celebrada esta mañana, una Declaración Institucional en la que manifestó su más enérgica repulsa a las agresiones machistas.

La alcaldesa, Lara Méndez, recordó que "detrás de la cifra de víctimas que ocasiona esta lacra en España - 1.117 mujeres y 44 niñas y niños asesinados desde el 2003 - existen familias enteras que padecen sus consecuencias; está el sufrimiento de toda una sociedad que en un día como hoy quiere mostrar públicamente su condena total y absoluta a cualquier tipo de ataque físico o psicológico, completamente intolerable, que atente contra la dignidad de la mujer".

Por otra parte, la regidora consiguió también la unanimidad de los grupos para condecorar con la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Lugo a los servicios municipales que desarrollaron su trabajo de forma presencial durante el Estado de Alarma.

El reconocimiento se suma así al otorgado el año anterior a los colectivos profesionales que cubrieron los servicios esenciales en el inicio de la COVID como fueron el sector sanitario y farmacéutico, los servicios sociales, las fuerzas y cuerpos de seguridad y el sector agroalimentario, transportistas, etc.

Las Medallas de Oro del Ayuntamiento de Lugo de ambas ediciones se entregarán en una ceremonia conjunta que tendrá lugar el próximo martes, 30 de noviembre, en el MIHL. Una jornada "tremendamente simbólica para la ciudad" en la que también se conmemora la declaración de la Muralla romana como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.

Declaración Institucional del Ayuntamiento de Lugo

En el día de hoy, 25 de noviembre, en el que conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Ayuntamiento de Lugo quiere manifestar su más enérgica repulsa ante la violencia de género en todas las formas en las que se manifiesta, bien se trate de agresiones físicas y psicológicas o de conductas que atentan contra la dignidad de la mujer provocando su discriminación. Constatamos con pesar la persistencia de una lacra que es estructural y que afecta a la sociedad de forma generalizada.

La desigualdad entre hombres y mujeres en las relaciones de poder sigue viva a pesar de los esfuerzos realizados en el marco de los pactos institucionales a lo largo de las últimas décadas, por lo que debemos mantenernos en un estado de alerta permanente ante los riesgos, reales, de que se limiten derechos a la ciudadanía, afectando especialmente a las mujeres. Se necesita unidad y firmeza contra los que niegan una realidad como es la existencia de una violencia contra las mujeres sólo por ser mujeres.

La violencia machista, que no respeta barreras de edad, raza, cultura ni situación económica, supone una violación cotidiana de los derechos humanos. Las cifras de muertes en España resultan sin duda intolerables: 1.117 mujeres y 44 niñas y niños asesinados desde el 2003, 66 en Galicia, comunidad en la que sólo en el primer trimestre de este año contabilizó 1.434 denuncias.

Estas cifras nos hacen cuestionar nuestra capacidad de funcionamiento como sociedad "desarrollada y civilizada".

La crueldad extrema de la violencia vicaria dentro de las múltiples violencias de género nos hace dudar incluso de la naturaleza ética y moral del ser humano y de la posibilidad de una orden social justa.

Del lado del horror explícito de estas realidades, queremos subrayar la gravedad del hecho de que existan otras muchas formas de violencia machista invisibilizadas e incluso normalizadas. Somos conscientes de que no hay instrumento legislativo tan potente como para acabar con el que no se detecta o con el que se ha asimilado como un hecho natural.

Con los nuevos canales de comunicación y socialización, por otra parte, surgen también nuevas formas de violencia, en concreto la ciberviolencia, que tanto daño está haciendo con especial dureza en nuestra juventud. No podemos bajar la guardia y hace falta ahondar en este campo para evitar retrocesos en los logros adquiridos hasta ahora en la igualdad entre hombres y mujeres. Hace falta que el abordaje al problema que se haga desde las instituciones pase por la educación en los valores de respeto e igualdad en las familias, como sociedad y dentro de las aulas, pero también por la atenta vigilancia del ocio que consumen las y los más nuevos.

Sin embargo, en el día de hoy reconocemos que, debido a que el camino que queda por recorrer en materia de igualdad de género es aún largo, es clave conseguir el consenso de las fuerzas políticas en las distintas instituciones en la lucha por la igualdad, con el compromiso de trabajar juntos para conseguirla dejando aparte diferencias ideológicas y matices en las percepciones particulares. Somos las instituciones las que, a título colectivo e individual de cada una de las personas que las integramos, las que primero debemos dar ejemplo en esta lucha contra todas las violencias machistas.

Junto con la expresión de nuestra más hondo dolor por la situación que sufren tantas mujeres víctimas y sus familias, manifestamos el compromiso de trabajar por un Lugo libre de violencias machistas.