La Corporación aprueba una declaración institucional en apoyo de la permanencia de la filosofía en la enseñanza

Los grupos políticos de la Corporación acordaron este jueves antes del Pleno, en la Junta de Portavoces previa a la sesión, una declaración institucional en apoyo de la permanencia de la filosofía en la enseñanza.

Jueves, 28 de septiembre de 2017
Fuente: 
Gabinete de Prensa

El documento aprobado es el siguiente:

"Es un sentimiento compartido universalmente la importancia que la Filosofía tiene en la formación de toda persona por la dimensión que representa en cuanto disciplina que, de forma especial, alcanza a todo ser humano; pues todos, de algún modo no metódico ni sistemático, somos filósofos por las preguntas que nos hacemos y por la naturaleza de nuestras reflexiones a lo largo de momentos distintos de la vida.

Por eso se entiende que se trata de una materia que afecta transversalmente a todo cuanto puede aprender un alumno, tanto en una vertiente científica como social y ética en general.

La Filosofía tiene una función de reflexión integradora porque asume los contenidos de las diversas ciencias en los que el estudiante fue iniciado pero también otros aspectos, teóricos y prácticos, de su formación; los relaciona en un nivel superior, establece nexos y preguntas sobre ellos, los reorienta con actitud crítica y, de este modo, proporciona un efecto de asentamiento consciente de lo aprendido y el dimensiona.

Dicho de otro modo, la educación corre el riesgo de quedar en un nivel de incompletitud, de curriculum no culminado, si falta, pues, esa reflexión de segundo grado que es la Filosofía .

La constatación reconocida de cierta desorientación y desubicación vital, de la vulnerabilidad intelectual del sujeto ante el manejo cada vez más grande de información que se transmite por las más diversas fuentes y formatos,  ante la exposición a una diversidad mayor de experiencias y acontecimientos, ante la variedad de modos de captación de conciencias y voluntades, requiere del individuo una herramienta teórica adecuada, una capacidad reflexiva que la formación filosófica, como es reconocido, proporciona especialmente.

Su ausencia propiciaría, en cambio, que parámetros elementales como verdad/falsedad, justo/injusto, realidad/virtualidad, ciencia/ideología, moral/amoral/inmoral, universal/particular, etc., tratándose de medios de orientación en la sociedad y en el mundo, no queden medianamente claros en la conciencia de cada uno.

El contexto actual, nada congetural, de aceleración de cambios laborales, sociales, tecnológicos y culturales que afectan a todas las dimensiones de la existencia, está intensificando la situación de cierta precariedad de los medios intelectuales que el individuo emplea para guiarse y dotar de fundamentos sus decisiones personales y públicas, siendo los conocimientos filosóficos un elemento esencial en ese equipaje teórico.

Nos encontramos, con todo, en una situación paradójica: mientras todos los factores, como muchos de los señalados, acentúan la necesidad de la formación filosófica, la presencia de esta no deja de mermar nos programas de estudios y con la última ley de educación (LOMCE) se ponen al borde de su desaparición.

Por vez primera nos encontraremos con estudiantes que no sabrán nada de Aristóteles o Kant, lo que no es solamente una grave cuestión de preparación, sino algo más importante: un síntoma claro de la falta en la equipación intelectual del individuo para compararse conscientemente a los retos del mundo actual.

Una cierta conciencia de esta situación de la formación filosófica llevó ya a nueve Comunidades Autónomas (Asturias, Cataluña, Extremadura, Andalucía, Aragón, Murcia, Cantabria, Baleares y La Rioja) a adoptar medidas de distinto tipo para, cuando menos, paliar su daño, haciendo que la Filosofía había mantenido su presencia, y, en particular, para que una materia de la relevancia de la Historia de la Filosofía en los estudios de Bachillerato, hasta lo de ahora común a todas las modalidades del mismo, había podido conservar de algún modo su lugar.

Un criterio que, nos gustaría, había sido compartido y suscrito también por la administración gallega. En la búsqueda de ese objetivo, el Pleno del Ayuntamiento de Lugo quiere expresar su apoyo a la permanencia de la formación filosófica en la enseñanza así como a las distintas iniciativas populares que  defienden y promueven la causa".

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