La Concejal de Cultura, Turismo, Juventud y Promoción de la Lengua, Carmen Basadre, presentó este jueves, en la Sala de Usos Múltiples del Edificio de Nuevas Tecnologías, el segundo ciclo de actuaciones musicales Libertades Sonoras, una iniciativa lúdico-cultural que en la pasada edición desbordó el patio del Vello Cárcere. El escenario vuelve a ser el mismo, este centro sociocultural, y arrancará este sábado, 19 de enero, continuando el 16 de febrero y el 23 de marzo. Todos los espectáculos musicales serán a partir de las 20:30 horas y la entrada es libre, hasta completar cabida. Las puertas se abrirán a las 20:00 horas.

En la presentación, la edil hizo hincapié en esta programación, destinada a mostrarle a los lugueses y luguesas, y a todas las personas visitantes, diversas formas artísticas alrededor de la exploración y del descubrimiento. Estas actuaciones musicales se suman a otras que organiza y ofrece el Ayuntamiento a través de otro ciclo, el de Músicas Mezcladas, que también se celebra en el Vello Cárcere, hasta el mes de junio.

Para la primera fecha, está confirmada la pianista de formación clásica pero vocación experimental Marina Herlop. En contacto con la música desde los 9 años, la relación de Herlop con el piano sigue el patrón de amor-odio-amor habitual que podemos ver en otros músicos de su nivel. Después de dejar los estudios a los 13 años, reemprendió las clases a los 20 años, y eso la llevó a acceder al Conservatorio Profesional de Música de Badalona, donde finaliza el Grado Profesional en junio de 2017. Fue en 2015 cuando Marina comenzó a componer su propia música sin un propósito claro. Nanook (Instrumental, 2016) fue su primera tentativa como compositora. Cuando tuvo suficientes canciones para hacer un álbum, tuvo la oportunidad de grabarlas junto al excepcional Adri González en la producción, grabación y mastering.

Este disco es su primera afirmación significativa cómo músico. Marina Herlop, inmersa en un diálogo constante con su propia necesidad de crecimiento, asina un trabajo que desmonta teorías y destroza los límites de su propuesta. A su peculiar forma de componer al piano, se suman ahora capas de electrónica brillante, sintetizadores que despiertan sensaciones adormecidas y todo eso fiado por una voz única, luminosa, y que se presenta en Babasha más atrevida y arriesgada que nunca. El disco fue grabado, mezclado y producido por Borja Ruiz en sus estudios en Oviedo, y masterizado por Mandy Parnell (ganadora de un Grammy y que trabajó con Björk, Aphex Twin, Depeche Mode...) y Martin Korth en Blacksaloon Studios (Londres, UK).

Las actuaciones de febrero y marzo

En febrero será el turno de Sun Araw, cuya música hipnotiza tanto grabada como en directo: un cúmulo de ecos, samples, voces, y notas de guitarra expansivas que transmiten un estado mental delirante y placentero.

Su primer álbum como Sun Araw, The Phynx (2008), supuso un antes y un después en Not Not Fun, uno de los sellos que mejor expuso las corrientes experimentales norteamericanas de los últimos 20 años. Otros serlos consagrados como RVNG Intl. se involucraron en la carrera del artista, promoviendo experiencias como la colaboración en Jamaica entre el texano, M. Geddes Gengras y The Congos: dos formas de aproximarse al culto al son y las bajas frecuencias sobre un escenario.

El ciclo lo cerrará, en marzo, Josephine Foster, que lleva cerca de dos décadas definiéndose cómo una de las voces más carismáticas del folk estadounidense. Su amplio espectro de influencias, los matices instrumentales que fue incorporando a su música y su habilidad para trascender el arquetipo del cantautor acústico la convierten en una artista sin comparaciones.

Activa desde haz case dos décadas, la cantante originaria de Colorado aspiraba a la ópera y comenzó a componer sus propias piezas mientras actuaba en bodas y funerales. A lo largo de una trayectoria regular y con pocas intermitencias, su discurso fue ganando en riqueza musical y conceptual y afianzándose como un universo en sí mismo.

Su folk tenue y íntimo nos hace pensar en Vashti Bunyan, Patti Smith o la contemporánea Julia Holter. Foster es el perfecto ejemplo de una idea en peligro de extinción: continuar con una tradición sin pervertirla y a su vez ir incorporando nuevas ideas en cada nuevo trabajo.

Su último disco, Faithful Fairy Harmony, publicado en noviembre de 2016, amplía la lista de recursos instrumentales que acompañan a su voz, la gran protagonista. Así, guitarra, piano, órgano, arpa y autoarpa dan la dimensión necesaria a las letras de Foster, quien además produce de forma autónoma el total del álbum. La acompañan Victor Ferreiro (guitarra), Gyða Valtý sdóttir (cello), Chris Scruggs (pedal steel) y Jon Lestes (bajo).

Audio

• Carmen Basadre, sobre el segundo ciclo de Libertades Sonoras | Descargar mp3