La alcaldesa de Lugo, Lara Méndez, supervisó el avance de los trabajos de transformación que el Ejecutivo local está ejecutando en la Calzada da Ponte. El proceso de peatonalización está casi finalizado, así como la regeneración de los dos paso inferiores, que cambian sustancialmente la cara del espacio, y también el nuevo alumbrado público, de alta eficiencia energética y diseñado bajo criterios de perspectiva de género para todo el entorno. “Venimos de comprobar cómo los trabajos se encuentran ya muy avanzados. De hecho, las próximas semanas se ocuparán en ultimar pequeños detalles de la obra, pero, sobre todo, se va a trabajar en dotar de vegetación las zonas de esparcimiento e introducir mobiliario urbano que haga más confortable este enclave estratégico de nuestra urbe. Nuestro objetivo, además de dinamizar una zona de enorme valor patrimonial por el que pasa el Camino Primitivo y la Vía Romana XIX, es construir espacios públicos amables donde a vecindario pueda desarrollar su vida diaria favoreciendo las relaciones sociales y la vida en contacto con el exterior”, indicó la regidora.

En esta línea, durante las próximas semanas, se seguirá avanzando en la mejora de las zonas de descanso que completen los parklets urbanos. Estos espacios permiten introducir islas de convivencia en un emplazamiento que hasta ahora se interpretaba cómo zona de paso. “Con la culminación de esta obra, Lugo dejará de vivir de espaldas al Miño, al tiempo que mejoramos uno de los principales accesos al río, ya que incrementamos la longitud de las sendas peatonales y ciclistas para acceder a la zona fluvial lo que sin duda refuerza el vínculo entre la trama urbana y nuestro entorno natural, visitada además por numerosos peregrinos y turistas por su valor patrimonial”, señaló Méndez.

El proyecto, enmarcado en la estrategia DUSI Muramiñae y financiada al 80% por la Unión Europea, supondrá un antes y un después en la interpretación de este espacio público, cuyo peso sustancial en la vida de la ciudad cambió progresivamente desde la segunda mitad del siglo XX donde los vehículos a motor y los nuevos itinerarios fueron restando vida y reduciendo los usos de la vía al tránsito rodado y el estacionamiento. “Apostamos por recuperar este espacio para las personas favoreciendo que la Calzada y su entorno recupere actividad social y comercial”, explicó la regidora.

El ámbito de actuación, de 640 metros de longitud, abarca la explanada delante da Ponte Romano, la rúa Calzada da Ponte, el acceso desde el enlace de la Volta da Viña con la N-VI y los ramales de San Lázaro y de acceso a la N-VI, así como el vial hacia el Balneario. “Esta actuación permitirá a medio plazo dinamizar la iniciativa particular y fomentar la rehabilitación de viviendas en una zona de enorme potencial residencial. De hecho, no quisimos dejar pasar la oportunidad de ocultar los servicios y se aprovechó igualmente para reparar mejorar la red de saneamiento”, concluyó Méndez.

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