La torre del Reloj de la Casa Consistorial será restaurada en los próximos días.

Los trabajos, que comenzaban hoy con la descarga de los andamios que facilitarán las labores de rehabilitación, se extenderán durante varias jornadas cuando se acometa la limpieza y repintado de la piedra.

Las tareas, enmarcadas dentro del contrato de mantenimiento y conservación de las dependencias municipales, fueron encomendadas por la Alcaldía con el objeto de acondicionar la torre para que luzca acorde a la catalogación del Pazo de Ombreiro, considerado Bien de Interés Cultural.

La regidora de Lugo, Lara Méndez, supervisó esta mañana a colocación de los andamios que darán soporte a las obras de mejora que consistirán en un lavado con agua a presión y en el pintado de la estructura en color blanco. Mientras que el propio mecanismo del reloj fue paralizado a la espera de la reposición de varias piezas, ya encargadas, que dejaron de funcionar debido a su desgaste.

Los materiales fueron izados por los aires hasta el tejado con una pluma de grandes dimensiones, situada en el lateral del Ayuntamiento, debido a la imposibilidad de cargarlos manualmente por el interior. Las maniobras, que comenzaban a primera hora de la mañana remataron contra el mediodía, mientras que el montaje y el inicio de la intervención fue programada para el lunes.

"Se trata de una actuación sencilla, muy demandada por la ciudadanía, con la que pretendemos mejorar la estética de la edificación, en su conjunto, pero también la del Casco Histórico, teniendo en cuenta la singularidad del inmueble y su valor arquitectónico pero también el emplazamiento tan emblemático en el que se ubica", señaló la alcaldesa.

La creación de la Torre del Reloj obedece a la decisión adoptada en 1865, cuando en la primera sesión plenaria del año a Corporación local consideró "imprescindible" incorporar este elemento a la construcción – ampliada tres años antes – que representaba al poder civil de una capital de provincia. Entre el argumentario se apuntaba a su necesidad "bien porque el reloj de la Catedral andaba casi siempre adelantado, bien porque siguiendo a los pueblos de alguna importancia, Lugo no podía prescindir de esta mejora sin rebajarse de la consideración que merece", segundo recogía la propia acta.