La relación droga-delincuente es y ha sido siempre “una realidad”, aunque este binomio en el siglo XXI “ha cambiado un poco”, según apreció hoy el Fiscal Jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza.
Lo hizo en el transcurso de una conferencia de prensa, en el marco de su participación en la cumbre de Alcaldes y ciudades sobre drogas de Europa, América Latina y el Caribe, que hoy comenzó en Lugo y se prolongará hasta el próximo viernes, con la presencia de más de 200 personas de 40 ciudades y 34 países.

Javier Zaragoza quiso dejar claro que el consumo de drogas no está exclusivamente vinculado con la ejecución de delitos, y particularmente delitos contra el patrimonio, e incluso hay “patronos de consumo distintos”, relacionados con el ocio y otros ámbitos “que no tienen nada que ver con la delincuencia”.

“Esa es una realidad que estamos viviendo en los últimos años y lo importante es saber adaptarse a estas realidades y cambiar y aplicar políticas que tengan en cuenta estos hechos y estas circunstancias”, subrayó.

Sobre el papel a desempeñar por los ayuntamientos con las toxicomanías, el alto cargo de la fiscalía de la Audiencia Nacional , sostuvo que el trabajo de los entes locales “es vital”, porque proporcionan “cercanía y proximidad para solucionar un problema con sus ciudadanos”.

“Los gobiernos locales son los que están en mejores condiciones para aplicar medidas concretas, conocer mejor el problema y dar soluciones al consumo de drogas que se produce dentro de las ciudades”, enfatizó.

También resaltó la idea de la “corresponsabilidad institucional”, para que no solo sean los ayuntamientos, sino que han de contar con el apoyo de los Gobiernos autonómicos, el Gobierno Central y la Delegación Nacional del Plan de Drogas.

En otro orden de temas, Javier Zaragoza ya anticipó que en la reforma del código penal no se planteará un cambio respecto a lo que se ha asumido desde hace años en el sentido de que el consumo de alcohol o drogas genera efectos intoxicadores , que, a su vez, pueden llegar a una situación de enfermedad, por lo que el encontrarse bajo los efectos de una droga siempre tendrá “efectos reductores” de la responsabilidad criminal.

“En la mayor parte de los casos son efectos atenuatorios y en casos muy excepcionales efectos eximentes. Esto sucedió desde siempre y no creo que se esté planteando como un agravante”, concluyó.