Este miércoles, 30 de septiembre, finaliza el plazo para participar en las votaciones populares del concurso para elegir el mejor monumento arquitectónico funerario de España, que sigue liderando Lugo. Este certamen organizado por la revista Adiós Cultural, financiada y editada por Funespaña, tiene como objetivo la potenciación de actividades culturales entorno a los cementerios, para la puesta en valor del patrimonio funerario y su divulgación. El mausoleo neogótico situado a la entrada del cementerio municipal de San Froilán, una de las construcciones más emblemáticas del recinto, opta a ganar este certamen, lo que contribuiría a aumentar el atractivo turístico del municipio. 

Una vez que el cementerio lucense fue seleccionado como finalista de la primera fase del Concurso de Cementerios de España, en la modalidad de mejor monumento arquitectónico funerario, a principios de julio se abrió la segunda fase, una votación popular para que sea la ciudadanía la que elija el ganador. Las personas interesadas podrán votar a través de las web lugo.gal y www.revistaadios.es hasta el 30 de septiembre y los resultados se conocerán la primera quincena de octubre.

Un mausoleo de mediados del XIX

El mausoleo neogótico del cementerio de San Froilán data de la segunda mitad del século XIX, siendo construido alrededor del 1870 aproximadamente. Ha pasado a formar parte del patrimonio municipal en el año 2012, mediante una cesión de la familia de Armando Durán Miranda, persona muy vinculada con este Ayuntamiento, que ha ostentado la titularidad de la concesión administrativa del mismo hasta su fallecimiento. 

Este monumento presenta características propias de la arquitectura historicista con una marcada tendencia al estilo neogótico y su construcción se atribuye a Cobreros, arquitecto lucense que lideró la actividade constructiva de la época marcando las líneas de las nuevas tendencias arquitectónicas. 

Como características relevantes de esta construcción destacan el arco ojival de la fachada principal decorado con rosetas (recurso artístico de origen romano, posteriormente recuperado en el Renacimiento y en el Barroco) y enmarcado con pilastras coronadas por capiteles que imitan la decoración propia del estilo corintio. Los laterales aparecen encuadrados en un arco ojival subdividido por pilastras con capitoles de inspiración corintia que sostienen un óculo adoviado con motivos de flor de lis.