El Ayuntamiento de Lugo conmemoró este viernes, 14 de abril, la proclamación de la II República Española, hace 86 años, con una ofrenda floral y la lectura de un manifiesto en la Praza da Soidade, enfrente al monolito que rinde homenaje a la República. A los actos asistieron varios miembros de la Corporación municipal, presidida por la Alcaldesa, Lara Méndez, además de la Diputada provincial de Promoción Económica y Social, Sonsoles López Izquierdo. El encargado de leer el manifiesto conmemorativo fue el portavoz de ACE, Carlos Portomeñe:

El 14 de abril no es solo una efeméride. No. Hay fechas que se yerguen, debido a su trascendencia, por encima del número que marca la celebración del calendario. Fechas que son algo más que un motivo para la nostalgia evocadora. Algo más que una convocatoria, bandera en mano, al pie de una lápida o placa conmemorativa.

La Segunda República no puede morir en la reclusión de una memoria pétrea y sacralizada. La rememoración debe significar el reconocimiento de la vigencia de sus valores y experiencias. Reconocer incluso los errores y aprender de ellos. La rememoración de la Segunda República significa re-vivir, volver a vivir; por eso, su memoria, nuestra memoria no puede ser solo una justificación para la compasión. No. La historia se construye y debe ofrecer esperanza y futuro. Por eso la República va más allá del año 1931. Ve más allá de aquel fatídico verano de 1939 e irá más allá de este 14 de abril de 2017.

La defensa de la República precisa de mucha valentía. Sí, de valentía, para no morir en el cajón del olvido, en la retina de la banalización o, peor aún, en la resignación de los imposibles. Quien ignora, quien silencia, contribuye a derrotar por segunda vez a las personas que aún viven y son portavoces de los valores republicanos y que siguen ejerciendo su lucha en los movimientos de contestación en contra de un sistema que no los representa. Al silenciar dejan sin el reconocimiento y la debida justicia a las personas que murieron asesinadas por la dictadura franquista, que defendieron con su vida la democracia y la justicia social.

La República también debe defenderse con ética y honestidad. La recuperación de los derechos de la mayoría social trabajadora agredidos, la lucha contra la explotación y la desigualdad, la búsqueda de la emancipación; deben ser el pasaporte que conforma la identidad de quien vive la res publica con sus acciones cotidianas.

No puede ser qué cada 15 de abril volvamos a dejar en el cajón del silencio la idea de la República. Y así hasta que la liturgia del 14 de abril vuelva a convocarnos. No. Vivamos cada día acorde a los valores republicanos. Ante el recorte incesante de derechos y libertades, desparramar esos valores es más necesario que nunca. Demos ejemplo político de que la República sigue viva y de que es la forma más auténtica de democracia. La República quiere salir de las piedras y vivir en la acción política diaria. Desde el convencimiento de que es posible, e imprescindible, trabajemos por la Tercera República.